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viernes, 31 de octubre de 2014

CELEBRACIÓN DE DÍA DE MUERTOS EN MÉXICO. Patrimonio Intangible de la Humanidad (Unesco, 2003)

Este fin de semana, México celebra uno de sus festejos más importantes del año: el Día de Muertos, que desde 2003 es Patrimonio Intangible de la Humanidad (Unesco). Los últimos días de octubre y los primeros de noviembre, el color anaranjado predomina en los hogares y cementerios por el tradicional cempasúchil, la principal planta que adorna los altares y ofrendas para los difuntos que llegan, a quienes también se les prepara una ofrenda con su comida favorita, pan de muerto y calaveras de azúcar, chocolate y amaranto.

Esta tradición se remonta a la época prehispánica y actualmente es festejada a través de diversos rituales por más de 40 grupos indígenas del país. Desde el 25 de octubre hasta el 3 de noviembre (e incluso todo el mes de noviembre en algunas regiones), “se celebra el retorno transitorio a la tierra de los familiares y seres queridos fallecidos“, de acuerdo con el texto La festividad indígena dedicada a los muertos en México, del Conaculta.

El premio Nobel mexicano, Octavio Paz, escribió sobre esta festividad en El Laberinto de la Soledad (1950): “Para el habitante de Nueva York, París o Londres, la muerte es la palabra que jamás se pronuncia porque quema los labios. El mexicano, en cambio, la frecuenta, la burla, la acaricia, duerme con ella, la festeja, es uno de sus juguetes favoritos y su amor más permanente. Cierto, en su actitud hay quizá tanto miedo como en la de los otros; mas al menos no se esconde ni la esconde; la contempla cara a cara con impaciencia, desdén o ironía: ‘si me han de matar mañana, que me maten de una vez'” (El Laberinto de la Soledad, 1950).

COMO HACER TU PROPIA OFRENDA

Según la tradición, el altar comienza a montarse desde el 30 o 31 de octubre y permanece hasta el 2 o 3 de noviembre (dependiendo la región de México). Se dice que el 31 de octubre llegan las almas de los niños y se van al medio día del 1 de noviembre, justo cuando llegan las de los adultos para disfrutar de los ofrecimientos levantados en su memoria y retirarse al siguiente día.

Te presentamos los elementos que debes tomar en cuenta para instalar tu propia ofrenda y dedicársela a aquellos difuntos que tanto quieres.

Niveles
En muchos lugares de México se acostumbra levantar ofrendas de siete, tres o dos niveles, cada uno con un significado diferente. Se dice que éstos dependen del número de ofrendas que se le han dedicado al occiso. Otras versiones afirman que cada nivel simboliza algo distinto; por ejemplo, el primero (en algunos casos un primer escalón y en otros el piso) lleva elementos referentes a la tierra como frutos o un petate, mientras que en el último se coloca el retrato del difunto para simbolizar el lugar donde se encuentra: el cielo. Los niveles se pueden realizar con cajas resistentes, mesas, tablas, entre otros materiales.

Elementos que no pueden faltar en tu ofrenda
Flor de cempasúchil: o “flor de veinte pétalos” es probablemente el principal elemento. Su lugar en los altares se debe a su florecimiento después de la temporada de lluvias. Sus pétalos son utilizados para trazar caminos que dirigen a las almas de la entrada del hogar a la ofrenda, además de colocarse en floreros y arcos.



Flor de cempasúchil

Arcos: representa la puerta que da la bienvenida a los fieles difuntos. Por la ubicación actual de las ofrendas dentro de los hogares, hoy en día es raro ver una con un gran arco elaborado de flor de cempasúchil. En diversas regiones del país los elaboran con carrizos de bambú atados con lazos.

Arco en ofrendas de Día de Muertos

Calaveritas de azúcar: aunque en un inicio eran de amaranto (pues el azúcar no existía como tal entre los antiguos mexicanos), estas figurillas dulces evolucionaron como una representación de los difuntos a quienes se dedica la ofrenda, es por esto que se les agrega su nombre en la frente.


Pan de muerto: otro de los elementos infaltables en las ofrendas. Puedes comprarlo o elaborarlo tú mismo siguiendo esta sencilla receta.

Papel picado: Se dice que representa al aire, uno de los cuatro elementos omnipresentes en la ofrenda. En San Salvador Huixcolotla, Puebla puedes encontrar el mejor papel picado del país.

Papel picado con motivos de Día de Muertos

Agua: se colocan vasos con agua para la sed de las almas viajeras y como representación de uno de los cuatro elementos básico de la naturaleza. 

Retrato del difunto: Generalmente éste se coloca en el nivel superior de la ofrenda.

Incienso o copal: otra representación del aire y guía olfativa para los fieles difuntos que "nos visitan".

Color morado: si la ofrenda de muertos en sí ya es colorida, no debe faltar este tono, tradicional del luto.

Veladoras: en representación del fuego, una por cada difunto para iluminar su camino a casa.

Platillos y bebidas preferidas del difunto: lo dice todo.

Dulces mexicanos: para las almas de los más pequeños.

Frutos: principalmente la caña; en varias regiones de México se dice que su vaina representa a los huesos de los difuntos.


¿Faltó algún otro elemento? Si bien éstos son los básicos que identifican a una bella ofrenda mexicana, cada quien le pone su toque personal. Y tú… ¿qué le agregarías a tu ofrenda?

Fuente: Mexico Desconocido / Animal Político.

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